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miércoles, 29 de agosto de 2012

Los huérfanos

Hola Famila,

La semana pasada no hubo resumen pues fue Evangelio en el hogar y no pude asistirlo para enviarles las palabras de amor que el Maestro nos indicó... La buena noticia es que nuestra hermana menor y bloguera, Janaína, vuelve de sus vacaciones llena de energía... yo seguiré postando mis comentarios como espíritu en evolución siempre dispuesto a aprender... hacer el blog de CEADS este verano fue muy divertido y me enseño muchísimo. Gracias a todos que han podido dedicar algunos minutos a la lectura de los pequeños textos llenos de amor y cariño.

Así que, ¡CEADS vuelve de las vacaciones!

Este sábado las actividades vuelven a la normalidad, y como todo primer sábado de mes nos toca el Estudio Sistematizado del Evangelio según el Espiritismo. Por coincidencia (¡me gustaría creer que existe!) yo me encargaré de guiar este estudio...intentaré hacerlo de la mejor manera y domingo nuestra amiga Janaína postará aquel resumen tan esperado.

Desde inicio del año estudiamos el Capítulo XIII - No sepa tu izquierda lo que hace tu derecha y estudiaremos el item 18 - Los huérfanos.

El objetivo del estudio de este item es sensibilizar a los participantes en cuanto a la responsabilidad de todos nosotros para con los huérfanos, estimulándolos a reconocerlos como hermanos con pruebas difíciles, necesitados de nuestro amparo y amor.

Y somos capaces de contestar las siguientes preguntas:
¿Por qué permite Dios que haya huérfanos?¿Cómo debemos proceder para con los huérfanos?
¿Qué es ser huérfano de padres vivos?
¿Qué responsabilidad tenemos con los huérfanos si no son de nuestra sangre?

El texto puede parecer corto pero es muy profundo y debería ser estudiado palabra a palabra.

18. Hermanos míos, amad a los huérfanos; si supiérais cuán triste es el estar solo y abandonado, sobre todo en edad temprana! Dios permite que haya huérfanos para inducirnos a servirles de padre. ¡Qué divina caridad la de ayudar a una pobre criatura abandonada, la de impedir que sufra hambre y frío, la de dirigir su alma con el fin de que no se pierda en el vicio! El que tiende la mano al niño abandonado, es agradable a Dios porque comprende y practica su ley.Pensad también que el hijo que socorréis, os ha sido con frecuencia muy amado en otra encarnación, y si pudiéseis acordaros, no sería caridad, sino un deber. Así, pues, amigos míos, todo ser que sufre es vuestro hermano y tiene derecho a vuestra caridad, no a esa caridad que hiere el corazón, no a esa limosna que quema la mano del que la recibe, porque vuestros óbolos rehusarían, si la enfermedad y la desnudez no les esperasen en la bohardilla que habitan! Dad con delicadeza; añadir al beneficio el más precioso de todos: una buena palabra, una caricia, una sonrisa de amigo; evitad ese tono de protección que atormenta el corazón, y pensad que haciendo bien, trabajáis para vosotros y los vuestros. (Un espíritu familiar. París, 1860).

Un saludo fraternal

Andrea Campos

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