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domingo, 12 de febrero de 2017

El triple aspecto del Espiritismo

Ayer en CEADS tuvimos una interesante clase de Estudio Sistematizado del Espiritismo. Los que hace poco que se han acercado al Espiritismo conocían un poco mejor a la Doctrina; los que ya somos habituales, repasábamos. El Espiritismo tiene tres aspectos fundamentales o pilares, como se quiera decir: el filosófico, el científico y el religioso.

El triple aspecto de la Doctrina Espírita surge de la definición que el mismo Allan Kardec le da:

El Espiritismo es al mismo tiempo una ciencia de observación y una doctrina filosófica. Como ciencia práctica, consiste en las relaciones que se establecen entre nosotros y los Espíritus; como filosofía, comprende todas las consecuencias morales que dimanan de esas mismas relaciones.

Podemos identificar el triple aspecto del Espiritismo:
a) Científico - concerniente a las manifestaciones de los Espíritus;
b) Filosófico - referente a los principios, incluso los morales, en que se asienta su doctrina;
c) Religioso - relativo a la aplicación de esos principios.

Allan Kardec enfatiza el aspecto científico de la Doctrina Espírita cuando define de la siguiente manera al Espiritismo: 

El Espiritismo es una ciencia que trata de la naturaleza, el origen y destino de los Espíritus, así como de sus relaciones con el mundo corporal. El Espiritismo es la nueva ciencia que viene a revelar a los hombres por medio de pruebas irrecusables, la existencia y la naturaleza del mundo espiritual y sus relaciones con el mundo corpóreo. Nos lo muestra ya no como una cosa sobrenatural, sino por el contrario, como una de las fuerzas vivas de la Naturaleza que actúa sin cesar, y como la fuente de numerosos fenómenos que no han sido comprendidos hasta hoy, y que por eso mismo fueron relegados al dominio de lo fantástico y lo maravilloso.


El Espiritismo no establece como principio absoluto más que lo que está evidentemente demostrado o que surge en forma lógica de la observación. (...) Como marcha a la par del
progreso, el Espiritismo jamás será superado, porque si nuevos descubrimientos le demostraran que está equivocado en alguno de sus puntos, se modificará en ese punto. Si se revelara una nueva verdad, él la aceptará.

El aspecto filosófico del Espiritismo está destacado en primer lugar en la portada de El Libro de los Espíritus, la primera obra del Espiritismo cuando Allan Kardec clasifica a la nueva doctrina como Filosofía Espiritualista. Además, en la conclusión de esa misma
obra, enfatiza:

Muy falsa idea se formaría del Espiritismo quien juzgase que su fuerza proviene de la práctica de las manifestaciones materiales y que, por lo tanto, si se pusiera vallas a tales manifestaciones se estaría minando su base. Su fuerza reside en la filosofía, en el llamado que dirige a la razón, al buen sentido. (...)  De hecho, el (...) Espiritismo es una doctrina esencialmente filosófica, aunque sus principios se comprueben mediante la experimentación, lo que también le otorga el carácter científico.


Cuando el hombre pregunta, indaga, reflexiona, quiere saber el cómo y el porqué de las cosas, de los hechos, de los acontecimientos, nace la FILOSOFÍA, que demuestra qué son las cosas y por qué las cosas son lo que son.
En realidad, el hombre quiere justificarse

El Espiritismo (afirma Allan Kardec) es, como todas las doctrinas espiritualistas, una doctrina filosófica con consecuencias religiosas, por lo que forzosamente acude a los aspectos fundamentales de todas las religiones: Dios, el alma y la vida futura. Sin embargo no es una religión constituida, pues no tiene culto, ritos, ni templos, y ninguno de sus adeptos adoptó o recibió el título de sacerdote o sumo sacerdote. (...) 


En suma, concluimos con Emmanuel: Podemos simbolizar al Espiritismo (…) como un triángulo de fuerzas espirituales. La Ciencia y la Filosofía vinculan a la Tierra a esa figura simbólica, pero la Religión es el ángulo divino que la une al cielo. En sus aspectos científico y filosófico, la doctrina será siempre un ámbito noble de investigaciones humanas, como otros movimientos colectivos de índole.

Por último, amigos lectores, decir que la Doctrina es una constante invitación al aprendizaje, la reflexión y a la ampliación de la cultura. ¡Qué gusto aprender todo ello compartiendo una clase tan amena con nuestros compañeros de ideal.

Cariños

Equipo de Divulgación

CEADS

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